Este volumen presenta una mirada de larga duración sobre el origen y el devenir histórico de las parroquias. Durantre tres siglos fueron el referente social del mundo novohispano al funcionar como estructura eminente de gestión religiosa, social, política y hasta educativa. Su entramado incluso trasciende el periodo colonial de nuestro país y se extiende hasta principios del siglo XX. Las personas nacían, vivían y morían en las parroquias. En ellas aprendían a leer y a escribir, a socializarse como individuos y familias. Fueron medios de conciencia colectiva, de conformación identitaria y de participación en el conjunto de símbolos que mantenían el tejido ideológico de la población. En su seno, por medio de los sermones, las organizaciones de fieles y las fiestas patronales, las personas se reconocían como súbditos del rey. La gente recibía una gran parte de su educación sin salir de su parroquia y los pocos libros que podían conocer les eran accesibles allí. Las escuelas parroquiales eran una obligación de los curas, que tenían así la función de educar a sus fieles, ya fuera ellos mismos o contratando a un maestro de escuela. En una gran parte contribuían a construir la vida social y privada de las personas, situándolas en el mundo. La parroquia buscada, pues, la estabilidad social, y los curas cumplieron con ese papel: favorecer la Pax hispánica como función de contención social. Sin duda, este libro ayudará a entender mejor la sociedad novohispana.